Dios habita tu historia

La encarnación nos recuerda que Dios entra en nuestra historia personal: no desde la perfección ni la distancia, sino desde la cercanía y la presencia. Cada experiencia, cada dificultad y cada triunfo se vuelve lugar sagrado cuando permitimos que Dios habite allí.

Para nuestra Comunidad Cristiana Queer, esto es un recordatorio poderoso. Todas nuestras identidades, amores y caminos son valiosos para Dios. No hay vida demasiado complicada, dolor demasiado profundo ni historia demasiado invisible; Dios está presente en cada momento, acompañándonos y transformando lo cotidiano en santidad.

Hoy, observa cómo Dios está presente en tu día, en tus actos pequeños y en tus decisiones. La Navidad nos enseña que lo divino se revela en lo cotidiano y en nuestra historia real.

Preguntas para tu día

• ¿Dónde siento que Dios ha habitado mi historia hasta ahora?

• ¿Qué experiencias cotidianas puedo ofrecer a Dios como espacio de su presencia?

• ¿Cómo puedo vivir hoy reconociendo que Dios está presente en cada momento de mi vida?

  
  

Dinámica del día — “Siembra el Reino”

Hoy, identifica un momento cotidiano en el que puedas notar la presencia de Dios: un gesto amable, una comida compartida, una conversación sincera o un acto de cuidado hacia ti mismo o hacia otros. Reflexiona al final del día cómo este acto se convierte en un espacio sagrado y en un reflejo del amor divino.

Oración Breve

Dios, gracias por habitar mi historia; ayúdame a reconocer tu presencia en cada momento y a vivir con gratitud y amor. Amén.

Juan 1:14 – “Y aquel Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.”

Dios no se limita a lo grandioso; habita nuestra vida cotidiana, nuestras historias, nuestras luchas y alegrías.