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La Biblia nos recuerda que “honrar al Señor con nuestras cosas valiosas” (Proverbios 3:9) es un acto de confianza. Pero también nos enseña que Dios valora la intención del corazón: “Den de corazón, no de mala gana ni por obligación” (2 Corintios 9:7). Incluso Jesús nos dejó el ejemplo de la viuda que ofreció dos pequeñas monedas; lo que dio era poco, pero su entrega fue inmensa, porque mientras otros "echaron lo que les sobraba, esta dio todo cuanto tenía" (Marcos 12:41-44). Y Él mismo dijo: “Hay más felicidad en dar que en recibir” (Hechos 20:35).

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