“El amor se acerca”.

El silencio puede asustar. A veces lo confundimos con abandono, con vacío o con indiferencia divina. Pero la fe nos enseña que el silencio, muchas veces, es el espacio donde Dios prepara algo profundo. Antes del milagro siempre hay un momento en el que nada parece moverse, en el que la respuesta tarda, en el que se siente que caminamos a oscuras. Sin embargo, la promesa sigue firme: “Aunque tardare… espéralo.”

Para nuestra Comunidad Cristiana Queer, acostumbrada a vivir luchas, esperas largas y oraciones que parecen no encontrar eco, esta palabra es consuelo. Dios no está ausente cuando el proceso es lento, cuando la sanidad se demora, cuando aún no vemos la afirmación que soñamos. En esos silencios, Dios está gestando algo nuevo en nosotres y a través de nosotres. El silencio es útero, no tumba.

Hoy, quizá tus preguntas no tengan respuesta, o tus heridas todavía no hayan cerrado. Escucha este susurro divino: no estás en pausa, estás en preparación. Lo que parece quietud puede ser el terreno donde la esperanza empieza a germinar.

Preguntas para tu día

• ¿Qué silencios de mi vida me incomodan o me hacen dudar?

• ¿Cómo puedo reinterpretar esos silencios como espacios de preparación y no de ausencia?

• ¿Qué esperanza necesito seguir sosteniendo, aunque parezca tardar?

  
  

Dinámica del día — “Honra tu silencio”

Tómate hoy 5 minutos de silencio intencional. Sin música, sin notificaciones, sin distracciones. Respira profundo y permite que tu cuerpo se calme. Luego escribe una frase corta que te recuerde que estás siendo preparado para lo nuevo, algo como: “Dios está obrando incluso cuando no lo veo”.

Si te sientes listx, comparte esa frase con alguien que esté pasando por un momento difícil. Tu palabra podría convertirse en la señal de esperanza que esa persona necesita hoy… y en una forma de encarnar el amor de nuestra Comunidad Cristiana Queer.

Oración Breve

Señor, enséñame a esperar con paciencia y a confiar en que incluso en el silencio estás preparando lo mejor para mí. Amén.

Habacuc 2:3 – “Aunque tardare, espéralo."
El silencio no es ausencia, es preparación para lo nuevo.