Nadie queda fuera del pesebre

El amor no es abstracto; se hace carne en nuestras acciones, palabras y gestos diarios. Jesús nos invita a amar de manera concreta, radical y sincera. Cada vez que decidimos escuchar, abrazar, perdonar o acompañar a alguien, el amor de Dios se hace presente y palpable.

Para nuestra Comunidad Cristiana Queer, este llamado es especialmente vital. Amar entre nosotres es crear un espacio donde todas las identidades, cuerpos y formas de amar son afirmadas y valoradas. Cada acto de cuidado y solidaridad transforma nuestras relaciones y fortalece la comunidad.

Hoy, observa cómo tu amor puede ser semilla de cambio. La Navidad empieza en lo cotidiano: un gesto, una palabra, una acción que refleja la presencia de Dios en medio de nuestra vida compartida.

Preguntas para tu día

• ¿Qué pequeños gestos de amor puedo ofrecer hoy a alguien cercano o de mi comunidad?

• ¿Cómo puedo demostrar un amor que afirme la identidad y dignidad de quienes me rodean?

• ¿Qué cambios internos noto cuando practico el amor activo y consciente?

  
  

Dinámica del día — “Siembra amor”

Hoy, realiza un acto de amor concreto: puede ser un mensaje afirmador, un gesto de cuidado, una ayuda práctica o un momento de escucha activa. Hazlo con intención de reflejar el amor de Dios entre ustedes.

Después, reflexiona: ¿cómo cambió tu percepción de la otra persona y de ti mismo al sembrar amor? ¿Qué aprendiste sobre la fuerza transformadora de la comunidad?

Oración Breve

Señor, que el amor que comparto hoy haga tangible tu presencia y transforme mi comunidad en un espacio de aceptación y ternura. Amén.

Juan 13:34 – “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros.”

La Navidad nos recuerda que el amor de Dios se hace real cuando se comparte entre nosotres.