“Noche de paz interior”.

La primera Navidad no ocurrió en un ambiente silencioso ni perfecto. Fue en medio del caos: un imperio opresor, una familia desplazada, un pueblo cansado de esperar. Y aun así, los ángeles proclamaron paz. Esto nos enseña algo importante: la paz de Dios no depende de las circunstancias, sino de su presencia dentro de nosotres.

Para la Comunidad Cristiana Queer, que muchas veces carga con luchas internas, heridas de rechazo espiritual y batallas por la dignidad, esta palabra es un bálsamo. Dios no espera a que todo esté ordenado para traer paz. Dios entra precisamente en nuestros miedos, en nuestros desbordes, en nuestras dudas y tensiones. La paz interior no es ausencia de conflicto, sino la certeza de que no caminamos soles.

Hoy, deja que el anuncio angelical llegue también a tu corazón. Una “noche de paz” no significa que todo esté resuelto, sino que algo dentro de ti se vuelve suave, respirable, habitable. Es Dios susurrando: “Estoy contigo, incluso en lo que no entiendes.” Y ahí, justo ahí, la Navidad empieza a nacer.

Preguntas para tu día

• ¿Qué parte de mi vida hoy necesita recibir la paz de Dios?

• ¿Qué pensamientos, temores o tensiones me roban la tranquilidad interior?

• ¿Cómo puedo abrirle espacio a la paz para que habite en mí de forma más profunda?

  
  

Dinámica del día — “Respira paz”

Tómate 3 minutos para sentarte en silencio. Coloca una mano sobre tu pecho y otra sobre tu abdomen. Respira profundo. Con cada inhalación, repite en tu mente: “La paz de Dios me llena.” Con cada exhalación, di: “Entrega lo que pesa”.

Después, comparte un mensaje de paz con alguien que esté viviendo ansiedad o cansancio espiritual. Puede ser una frase corta, un audio, un abrazo o incluso un simple “estoy aquí para ti”. Tu gesto puede convertirse en el nacimiento de paz para otra persona—y en una forma concreta de extender el amor de nuestra Comunidad Cristiana Queer.

Oración Breve

Señor, haz que tu paz habite en mi corazón y que pueda llevar serenidad y consuelo a quienes me rodean. Amén.

Lucas 2:14 – “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz…”

La verdadera Navidad comienza cuando la paz encuentra un lugar dentro de ti.