El amor nace entre nosotros

El pesebre no fue un lugar de privilegio. Fue humilde, sencillo, acogedor y abierto a todos. En él, Dios nos enseña que no importa nuestra identidad, historia, orientación o cuerpo: hay un lugar para cada persona. La inclusión es el corazón de la Navidad.

Para nuestra Comunidad Cristiana Queer, esto es una afirmación radical. Nos recuerda que no tenemos que cambiar quiénes somos para acercarnos a Dios; ya somos parte del pesebre. Nuestro valor, nuestra dignidad y nuestra capacidad de amar son reconocidos y celebrados.

Hoy, recuerda que la Navidad es una invitación a crear espacios inclusivos. Cada gesto de aceptación y afirmación en nuestra vida diaria refleja el corazón del pesebre: abierto, acogedor y lleno de amor.

Preguntas para tu día

• ¿Qué significa para mí que nadie queda fuera del pesebre?

• ¿A quién puedo incluir o afirmar hoy para reflejar este mensaje de inclusión?

• ¿Qué prejuicios o barreras internas necesito reconocer y soltar para vivir plenamente este mensaje?

  
  

Dinámica del día — “Abre tu pesebre”

Hoy, realiza un gesto de inclusión: invita a alguien a compartir un espacio, escucha su historia con atención, o haz un acto de afirmación que le recuerde que tiene un lugar donde es bienvenide.

Después, reflexiona: ¿cómo se sintió la otra persona? ¿Qué sentiste tú al abrir espacio para alguien más? Reconoce que cada acción inclusiva refleja la presencia de Dios en nuestras vidas.

Oración Breve

Dios, ayúdame a abrir mi corazón y mis espacios, para que todos sientan que tienen un lugar seguro y amado en tu presencia. Amén.

Gálatas 3:28 – “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús.”

La Navidad nos recuerda que el amor de Dios no excluye a nadie: todos tienen un lugar en el pesebre.